Sociedad de la tecnología e información

2024-02-12

Desde hace ya varios años somos la sociedad de la tecnología e información, pues pasamos de buscar en la biblioteca, pasillo por pasillo con dos libros para consulta, a un móvil que, sin desplazarte, te arroja diez resultados relevantes, y posiblemente muy efectivos, para los datos que necesitas, y qué decir de la manera de trabajar actualmente… Nos veíamos trabajando en lo que nuestros papás o abuelos nos contaron, en una oficina donde “la vida se nos iría”, cumpliendo rigurosamente ocho horas diarias o, si era necesario, un poco más.
Muchas generaciones, desde los baby boomers hasta los centennials, han intentado estar dentro de oficinas con ciertos avances tecnológicos y probando nuevas formas de trabajo que, dependiendo de la generación, se fueron adaptando de una manera más rápida o mucho más lenta y compleja.
Hoy en día, hay empresas dirigidas por personas brillantes que son de la generación de los baby boomers, aquellos que no creen funcional el home office, ya que a ellos no se les presentó algún tipo de trabajo similar o ni siquiera llegaron a pensar que unos años adelante sería no solo un experimento, sino una nueva manera de trabajar, y más ahora con la importancia del distanciamiento social. Incluso, les es difícil pensar que podría funcionar porque estaban acostumbrados a tener un supervisor o gerente que los revisara, teniendo el control del personal a tan solo un cubículo u oficina.
Home office: ya no es un lujo, sino una necesidad.
Actualmente, el home office no es una comodidad, un lujo ni una prestación como muchas empresas lo han manejado, al menos en México. La pandemia vino a revolucionar la vida entera de todos y aunque parece una paradoja que detuvo al mundo, la realidad es que revolucionó la manera en cómo hacer posible cada actividad, tanto personal, laboral y académica.
Adaptarse no es una opción, es una necesidad. Incluso, hoy es una ventaja para los oficios y profesiones que tienen la oportunidad de hacer trabajo administrativo desde casa.
¿Es lo que esperábamos?
Según la revista Forbes, los pros del home office se definen de la siguiente forma:
•    El 62% de los encuestados creen que son más productivos trabajando desde su hogar.
•    El 56% señaló que valora el ahorro de tiempo que implican los trayectos desde casa hacia el trabajo y de regreso.
•    El 16% disfruta poder trabajar en compañía de sus seres queridos y compartir con ellos más tiempo del habitual.
•    El 9% cree que está más tranquilo en su casa que en la oficina.
•    Un 9% se concentra mejor en casa.
Y no todo es tan bueno como parece, pues algunos ven contras del home office:
•    El 60% de los latinoamericanos considera que en la oficina se generan más posibilidades de hablar de proyectos u objetivos en grupo para generar más ideas.
•    El 23% dice extrañar a sus compañeros de oficina. 
•    El 33% menciona que el principal contra que observan es trabajar fuera del horario habitual y más horas que antes.
•    Al 16% le cuesta desconectarse y poner límites entre su vida personal y profesional.
•    A un 12% le falta equipamiento para trabajar de forma saludable.
•    El 9% dice que no toma los mismos descansos que estando en oficina. 
•    Un 8% siente que hay falta de comunicación en el equipo y eso le impide realizar bien su trabajo.
•    El 6% señala no contar con apoyo constante de parte de su líder.
Es una responsabilidad importante dirigir una empresa con esta modalidad, pues requiere de un gran compromiso por parte de todos los colaboradores para continuar dando resultados de esta forma. Indudablemente, la confianza que brindamos o nos brindan, dependiendo del lado en el que estemos, no debe ser en vano, al contrario, tiene que ser vista con el mismo compromiso que cuando los líderes nos veían a diario. No debería costar trabajo el ser responsables y realizar nuestras tareas porque las actividades son las mismas dentro de los puestos, aunque haya cambiado la sede para llevarlas a cabo.
Hacer trabajo es puntualmente, organización y optimización de tiempo, jerarquización de actividades, compromiso personal y laboral, acuerdos familiares, respeto mutuo e, indiscutiblemente, comunicación efectiva y activa. También es considerar que la red puede fallar o que el micrófono no se va a escuchar, tal vez haremos más llamadas telefónicas y, para evitar malos entendidos, nuestra manera de comunicarnos se deberá pulir para hacernos entender y convertir esto en algo trascendental y no laborioso o complejo para vivir.
Los errores están permitidos, pero crecer después de ellos es fundamental.
La “nueva modalidad” no es cuestión de generaciones ni de beneficios, se trata de avances importantes en la sociedad y de cuidado entre colaboradores, líderes, empleadores y emprendedores. Aprendamos bien esta forma de vivir para que las siguientes generaciones crezcan con gran conocimiento, familiarizados con diversas plataformas, con infinidad de variables en resolución de problemas, conflictos o hasta falta de comunicación, buscando que nada los detenga y continúen progresando. 
¿Cuáles avances consideras que, hoy en día, son imposibles de lograr para la vida laboral y personal? Posiblemente, en unos años tus hijos lo estén llevando a cabo. 
 

Autor: Ixe Thania Ramos Jiménez

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